No era la primera vez que Juan Hernández encontraba un fósil, pero lo que no imaginaba este vecino de Nanclares era que fuera a tener esas dimensiones. Lo que inicialmente asomaba levemente junto a un camino cercano a la cantera terminó siendo un Ammonites gigante del periodo cretácico superior, con unas medidas de 61x56x6. En la actualidad, el Ammonites reposa en el Servicio de Restauración, donde se le realizan los últimos estudios antes de pasar a exhibirse en el Museo de Ciencias Naturales.


El fósil, datado en el periodo Coniaciense, hace aproximadamente 87 millones de años, presenta un diámetro de 60 centímetros, su peso supera los 30 kilogramos y, a pesar de las deformaciones causadas por el peso de los sedimentos, los expertos estiman que en origen su concha podría haber alcanzado los 10-12 centímetros de espesor. Carmelo Corral, geólogo del departamento de Restauraciones de la Diputación Foral de Álava, señala que “lo que hace especialmente relevante este descubrimiento es que se trata del primer fósil de esta edad hallado en la provincia de Álava. Además, su tamaño inusual y la profundidad a la que habitaba este tipo de ammonites, alrededor de 200 metros, nos aportan nuevas claves sobre cómo era la vida marina en el Cretácico superior”.

El Ammonites se encuentra ahora en las dependencias de la Diputación Foral de Álava


“El hecho de que en Iruña de Oca se encuentren este tipo de fósiles da idea de cómo cambia la geografía del planeta”, afirma Corral. “En aquella época, el nivel del mar era mucho más alto, toda la zona estaba bajo las aguas y éstas eran mucho más cálidas, lo que favoreció la proliferación de este tipo de criaturas marinas en esta zona”, añade. Actualmente, el fósil está siendo objeto de un exhaustivo estudio para determinar la especie exacta y extraer toda la información posible sobre su vida y el entorno en el que se desarrolló. Corral detalla que este descubrimiento también “pone de manifiesto la importancia de proteger nuestro patrimonio paleontológico y de concienciar a la sociedad sobre la relevancia de estos hallazgos y la necesidad de comunicarlos al organismo competente cuando se producen”.

Por su parte, Juan Hernández, el descubridor del fósil, enseguida se dio cuenta de la trascendencia del hallazgo y tras informar a las instituciones y facilitarles la información de su localización, espera ahora que, al menos una réplica del mismo, pueda verse en el municipio.
-¿Cómo y dónde te encuentras este hallazgo?
-Las cercanías de la cantera es una zona en la que se ven bastantes fósiles. De hecho, llamamos a esa zona el ‘Paseo de los Fósiles’ porque resulta bastante sencillo descubrirlos. A mi este es un tema que me gusta y cuando salgo a pasear voy echando un ojo. Este lo habíamos visto hace tiempo, aunque sólo se veía un “cachito” del caracol, unos 10 cm, pero tenía toda la pinta de que era más grande de lo que se veía.


-¿Y cuándo das el paso de destaparlo?
-Me daba miedo tocarlo o destaparlo por si podía fastidiarlo, pero en agosto, me acerqué con mi cuñado, mi sobrino y mi mujer que les gusta también el tema de los fósiles para que vieran esa zona, nos dio por empezar a quitarle las lascas que tiene por encima y apareció. Descubrimos que era enorme y fue una auténtica sorpresa.


-¿Y que se hace en estos casos?
-Tuvimos claro que había que preservar la zona porque es un poco peligrosa por el terreno, porque pasan motos e incluso por el clima, la lluvia y las heladas y se podía dañar el fósil ahora que estaba al descubierto. Nos dirigimos a la Junta Administrativa para comunicárselo y ver qué se podía hacer e intentamos ampliar información sobre el fósil, de los años que tenía y todas esas cosas.


-Finalmente se puso todo en manos de la Diputación…
-Sí claro, es lo que hay que hacer en estos casos, avisar a las autoridades encargadas… A principios de septiembre, junto con miembros de la Junta nos reunimos con ellos para facilitarles información y enseñarles dónde estaba y nos dijeron que lo iban a sacar. Se hicieron cargo y ni estuvimos cuando se lo llevaron.

-Tu deseo era que se quedara en el pueblo…
-Sí claro. Desde el principio hemos luchado para que lo hubieran dejado en el pueblo, porque al museo hay mucha gente que no se va a acercar, y aquí sería más accesible y una cosa bonita para tener, pero ya nos dijeron que eso no podía ser, así que pedimos tener una réplica. Nos dijeron que eso podía ser, pero ya veremos…


-Quién sabe si encuentras alguna pieza más en el futuro, ¿no?
-Es un tema que me gusta de siempre, al que le tengo afición y en el monte voy mirando, pero es complicado encontrar algo así. Igual con esto se anima más gente de municipio a ir mirando, aunque recomiendo que se haga con cuidado y con la idea de proteger el entorno y las piezas que se puedan encontrar.