En el último pleno, EH Bildu no solo se mostró incómodo con nuestras críticas sobre la polémica permuta de terrenos, sino que directamente llegó a hablar de censurar nuestro artículo de abril. Así, sin matices. En lugar de rebatir con argumentos, su respuesta fue intentar silenciar. Esa reacción evidencia es que el contenido de la permuta es polémico y les ha dolido… porque dice verdades incómodas. Desde EAJ-PNV no vamos a dejar de hablar claro, porque creemos que la ciudadanía se merece estar informada. Y últimamente, algunos se apresuran a gritar indignados, como en el último pleno hizo EH Bildu, y lo curioso es que no refutaron los argumentos. Y es que, cuando uno se ofende por lo que no se ha dicho, quizá debería preguntarse por qué se siente aludido. ¿Será porque no están tan contentos con su operación? Desde EAJ-PNV no necesitamos recurrir a insultos: los hechos hablan por sí solos. Y lo que ha ocurrido en Iruña de Oca con la reciente permuta de terrenos merece más preguntas que aplausos. ¿Qué clase de gestión entrega 1.604 m² a cambio de 980 m²? Y ahora dirán: “Bueno, es que los terrenos de la zona Milagros valen más que los del Molino”. Bien, eso lo dice un informe pero, ¿qué lógica tiene renunciar a la posición de mayoría en una zona estratégica para quedar subordinados a decisiones privadas? Ninguna. A no ser, que pienses como el PSOE de Iruña de Oca, que el beneficio se mida en el interés político de poder decir: “llevamos 23 años gobernando, no hemos hecho ninguna gestión de vivienda en este tiempo, y ahora, aunque llegamos tarde y mal, al menos parece que estamos haciendo algo”. También parece que molesta que digamos que el pleno se celebró un viernes a las 8 de la mañana. Para nosotros no es un dato menor, porque una decisión como esta debería haberse debatido en un pleno ordinario, en horario accesible y con la ciudadanía presente. Lo cierto es que este intercambio convierte un activo municipal en una ventaja privada, beneficiando a un particular que ahora tiene el control en una zona con potencial urbanístico. Viviendas libres, y sin protección pública. Otra vez: ¿quién sale ganando? Y ahora dirán: “Bueno, así evitamos una sentencia por haber ocupado terrenos privados desde hace más de diez años”. Ah, ¿entonces un error corrige a otro? ¿Están reconociendo ahora que lo que antes defendían con tanta seguridad, hoy lo consideran una chapuza? ¿Por qué no urbanizan detrás del colegio que nos ha costado más de un millón de euros?. ¿Están reconociendo que el plan general que han aprobado no sirve para nada?. Y en este contexto, ¿dónde ha estado Bildu?. No solo ha apoyado las operaciones del partido socialista sin pestañear, sino que ha hecho lo que últimamente mejor se le da: atacar a la oposición y proteger al PSOE. Pero bueno, con tan poco criterio, cualquier día aparecen diciendo que la tierra es plana. Lo mismo con las energías renovables que una y otra vez volvemos al medio rural: proyectos de energías renovables mal explicados. Durante años, nuestros pueblos han sufrido la incertidumbre provocada por información sesgada difundida por ciertas empresas y la oposición política que ha generado rechazo. Pero lo que no se dice tanto es que muchos de esos proyectos han caído por no cumplir la normativa vigente, y eso es lo importante, nuestras instituciones y los partidos que gobernamos actuamos. Desde el PNV hemos defendido siempre una transición energética responsable, con proyectos que respeten el medio ambiente, la actividad agraria y el equilibrio del medio rural. Y celebramos que, tras años de bloqueo, uno de esos proyectos haya salido adelante. ¿Y quién ha votado a favor? EH Bildu. Sí, los mismos que en campaña prometían frenarlo. Ahora lo apoyan “por imperativo administrativo” (un bonito eufemismo para “me trago mis propias palabras”).Parece que cuando gobiernan, la ley les “oprimen”; pero cuando están en la oposición, se sienten revolucionarios de salón. La realidad es que el verdadero enemigo del campo no son los molinos ni las placas: es el cambio climático. Un cambio que ya está destruyendo cultivos, reduciendo producciones y poniendo en jaque el futuro del entorno rural. La Ley Vasca de Transición Energética, que EAJ-PNV promovió y aprobó junto a otros (EH Bildu también), busca precisamente evitar ese colapso ecológico. Pero claro, hay quienes prefieren pelearse con espantapájaros y hacer política de postureo. Nosotros, en cambio, hacemos política de verdad: con responsabilidad, con visión y con coherencia. Porque mientras unos se preocupan por las fotos, nosotros nos preocupamos por el futuro. Por eso, desde EAJ-PNV seguiremos señalando lo que no funciona, defendiendo los intereses de la ciudadanía y reclamando transparencia en cada decisión que afecta al futuro de nuestro municipio. No nos van a callar con gestos autoritarios ni con palabras vacías. Y aunque les moleste, seguiremos diciendo las cosas como son, apostando por una política útil, responsable y honesta.