El pasado sábado, la plana mayor del PNV acudió a Langraiz para presentar sus candidaturas forales. Los y las langraiztarras que son la mar de indulgentes, deben haberse reído a lo grande al escuchar al señor Ortuzar decir que: “el PNV ofrece un modelo propio en Euskadi frente al “asco” o “vergüenza” de la política en “Madrid”. Olvida decir, el señor Ortuzar, que su formación es, indiscutiblemente, la organización política más deshonesta de Euskal Herria, con decenas, si no cientos, de casos de corrupción, malversación y amiguismo denunciados y condenados.
Por lo tanto, fanfarronear no debería ser suficiente para blanquear a un partido que huele a decadencia y que hace todo lo que esté en sus manos para desacreditar a una izquierda abertzale que en la actualidad gobierna con solvencia en 117 ayuntamientos de Euskal Herria y que ostenta el gran prestigio de tener “cero” casos de corrupción en sus filas.
Por todo esto, si tuviéramos que hacer pedagogía en nuestras familias, en las terrazas o en las tertulias del currelo como proponía Ortuzar, deberíamos priorizar que la honradez de los políticos debería estar por encima de todo.
También es discutible decir que los del PNV son los únicos influyentes en Madrid para que se respeten los intereses de Euskadi y de los que aquí vivimos. El PNV siempre ha defendido “sus intereses” y los de sus empresas y de sus amigos. Contrariamente a ellos, EHBildu ha siempre defendido en Madrid los intereses de todos y todas las trabajadoras y pensionistas de Euskadi y del estado español, alcanzando acuerdos como la subida de las pensiones no contributivas y las mínimas de viudedad, la protección social o la gestión local de los impuestos a la banca y a las eléctricas. ¿Detectan la diferencia sustancial?
Y a pesar de todo, nosotros continuaríamos siendo los “extremistas”, los que harían una “mala política”. Y yo me pregunto: ¿Podrían ellos hacerlo peor de lo que lo están haciendo? ¿No somos quizás todos conscientes de cómo, además de robar, están desmantelando la sanidad pública? Como intentan controlar y privatizar servicios básicos como el agua potable, las energías renovables, las residencias de nuestros mayores. Como están destruyendo el territorio o se están alejando siempre más de las necesidades de la gente.
Tampoco los jelzales de Iruña Oka han brillado de luz propia en los últimos años. De hecho podría decirse que han sido insubsistentes y casi virtuales, siempre a la espera del error y jamás dispuestos a contribuir o aportar nada. Se les empieza a ver, sólo poco antes de unas elecciones, para recordarnos lo lindos que son, su brillantez y su poderío. Ellos sí que son los de siempre…
En cambio, nosotros los extremistas, asumimos que para el bien común hay que sentarse y dialogar, participar y trabajar. Llevamos años haciéndolo sin contrapartidas a pesar de que en política, el término “extremismo” se ha convertido en un sinónimo de “malvado”, independientemente del contenido del asunto.
Somos conscientes que en Iruña de Oca hay que cambiar tantas cosas, corregir muchos vicios adquiridos y aplicar políticas que mejoren la calidad de vida de todos. En breve, comenzará una nueva campaña y en tus manos estará la posibilidad de que esto sea posible. Lee y escucha atentamente lo que cada grupo te planteará. No dejes que otros continúen decidiendo por ti. Termino con palabras de Coelho: “Algunas veces hay que decidirse entre una cosa a la que se está acostumbrado y otra que nos gustaría conocer.”
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