En Iruña de Oca siempre hemos sabido lo que significa gestionar nuestros recursos desde lo público, desde la cercanía, y con una mirada colectiva. Durante décadas, el Consorcio de Aguas de Iruña de Oca —compuesto por las Juntas Administrativas del municipio, el Ayuntamiento y con apoyo institucional— ha sido un ejemplo de gestión eficaz, transparente y democrática del agua. Un servicio esencial que ha funcionado con calidad, precios razonables y, sobre todo, con la participación directa de nuestras instituciones más cercanas. Sin embargo, hoy ese modelo está gravemente amenazado.
La Diputación Foral de Álava, con el beneplácito del PNV y el desinterés del PSOE, ha iniciado una operación para disolver consorcios municipales como el nuestro y forzar su integración en Urbide, un consorcio centralizado y opaco que responde a otros intereses muy distintos a los de nuestros vecinos y vecinas. Nos lanzaron hace tiempo un chantaje inaceptable: “o recepcionais los colectores de Olabarri/ Ollavarre y Mandaita/Montevite o no hacemos los de los Concejos de Billoda/Villodas y Tresponde/Trespuentes. A fecha de hoy los dos primeros están funcionando, pero no hay nada firmado con Diputación porque están demostrando no tener ningún interés en ello. Este tipo de presión política no sólo es inmoral, sino que roza lo ilegal. Supone dinamitar un modelo de gestión que ha funcionado bien y reemplazarlo por uno que nadie ha pedido, cuyo único objetivo es concentrar el poder en manos de unos pocos para facilitar futuros procesos de privatización.
El caso de Llodio, que se sumó a Urbide, es ilustrativo: en poco tiempo, las tarifas del agua se duplicaron. Agurain, Fontecha o Puentelarrá también han experimentado deterioros en el servicio tras integrarse en esta estructura. Nos quieren vender la idea de que con un Consorcio único todo será más eficiente y barato, pero la realidad es que el agua acabará gestionada por intereses ajenos, alejados de nuestras necesidades y sin ningún tipo de control ciudadano.
En medio de esta situación, estamos observando con gran estupor como alguno de los miembros/representante en nuestro Consorcio está manifestando desde hace tiempo su incongruencia en muchas reuniones y en lugar de defender nuestro Consorcio día tras día demuestra estar a favor de abandonarlo. El Consorcio de Aguas de Iruña de Oca no es perfecto, pero es un ejemplo de lo que sí funciona: una gestión cercana, eficiente, limpia y sin interferencias de los partidos que hoy pretenden desmontarlo por puro cálculo político. No estamos ante un debate técnico, sino ante una maniobra política de fondo que busca debilitar a nuestras juntas, eliminar la autonomía local y abrir la puerta a procesos de privatización del agua en Álava. Desde EH Bildu queremos hacer un llamamiento claro a toda la ciudadanía, más allá de ideologías: defendamos nuestro Consorcio.
No permitamos que nos impongan modelos fracasados ni que se pisotee la voluntad de nuestras instituciones locales. El agua no es una mercancía, es un derecho. Y como tal debe ser gestionada: de forma pública, transparente y democrática. Exigimos a la Diputación que abandone este camino de amenazas y chantajes, que respete la voluntad de nuestros pueblos y que se ponga al servicio de las decisiones tomadas desde la base, desde la ciudadanía. Pedimos también a los representantes municipales del PNV y del PSOE en Iruña de Oca que se posicionen públicamente y defiendan los intereses del municipio por encima de las directrices de sus partidos. Vecinas y vecinos, el momento es ahora. Defendamos lo que es nuestro. No dejemos que nos arrebaten el derecho a decidir sobre un recurso vital como el agua. Iruña de Oca no se vende. El Consorcio no se disuelve.
Edozein iradokizun eta ekarpen egiteko, Langraiz etorbideko gure egoitzan gaude ostegunero eta RR. SS.