Tras una temporada que será recordada por su anomalía, el Ansares CD ha obtenido unos frutos que cuando comenzó la competición parecían complicados. El equipo masculino de Preferente ha logrado una plaza para la disputa del play off de ascenso a Tercera y el femenino hace lo propio para jugar la próxima temporada en Liga Vasca.
Aunque ambos objetivos se antojan complicados, desde el club la disputa de esta fase de la competición supone un refuerzo importante a la labor realizada, tanto deportivamente como a nivel de gestión. “Significa que el camino que estamos tomando tiene sentido y nos da ánimos a las muy pocas manos que estamos soportando el proyecto”, asegura el presidente de la entidad, Mikel Ranero, que confía también en que “nos sirva para ganar notoriedad”. “Estar entre los mejores suele ser un buen reclamo para implicar a patrocinadores, personas que echen una mano o a jugadores que mejoren el nivel que ya tenemos”, asegura.
La 2020/21 ha sido una temporada rara en Preferente. “Teníamos claro que podríamos estar entre los tres primeros. El balance es positivo porque empezamos a ver una progresión en el equipo y, si conseguimos mantener el bloque, es un grupo que puede darnos muchas alegrías a corto plazo”, asegura el presidente. El play off es una competición a doble vuelta entre los seis equipos clasificados: Amurrio, Aurrera, San Viator, Laudio, San Prudencio y Ansares.
Desde el club son conscientes de que las posibilidades de ascenso “son muy pocas” y tienen como objetivo “intentar estar entre los cuatro primeros y apuntalar el proyecto”. Para ello cuentan con un equipo joven pero con mucha calidad. Su punto fuerte es la polivalencia de sus jugadores, pero manejar el tempo de los partidos y ser consistentes mentalmente son su asignatura pendiente. “Si mantenemos el bloque un par de años y conseguimos apuntalar un par de posiciones con buenas incorporaciones, vamos a ser un equipo importante los próximos años”, sentencia Mikel Ranero.
Equipo femenino
Las opciones de ascender del femenino también son escasas. En este caso, la debilidad de la estructura es un hándicap. “Esta es solo nuestra segunda temporada”, explica Ranero, que reconoce que “es muy difícil conseguir jugadoras y apoyos para sacar los equipos adelante”. Pese a todo, el presidente destaca que sus jugadoras “han mostrado un compromiso muy alto”. “Entrar en la fase de ascenso supone un premio, una invitación al crecimiento sin presión y una buena forma de poner en valor la sección”, destaca.
Un buen comienzo de temporada ha hecho que las chicas del Ansares se hayan ganado un puesto en esta competición, que juegan con el mismo sistema que los chicos, frente a Hauskaitz, Aranbizkarra, Ipar Arriaga, Lakua B y Uhuri.