Con tan solo 13 años, Mark Navarro se acaba de proclamar campeón de España en 200 metros mariposa en categoría alevín. Vecino de Nanclares, pero enrolado en el club Menditxo de Vitoria, Mark demuestra en cada palabra su pasión por natación, algo que lleva en la sangre. Y es que procede de una familia con tradición en este deporte -su tío y su padre también nadaron a alto nivel-, lo que permitió a Mark empezar a ir a nadar con tan sólo  cinco años, casi antes de aprender a leer. “Nos viene de muy lejos”, afirma entre risas.

Hoy en día su rutina diaria es tan exigente como la de un atleta profesional. Se levanta a las 7:10 h., entra al colegio a las 8:00 h., y tras las clases, dedica dos horas diarias al entrenamiento. “Después estudio y ya está”, explica con naturalidad, como si compatibilizar estudios y deporte de alto nivel fuese algo sencillo. Los fines de semana no son mucho más relajados: entrena de 10:00 a 12:00 h., aunque también se permite quedar con amigos y desconectar algo del ritmo semanal.

Su especialidad, la mariposa, es conocida como el estilo más exigente técnicamente, pero Mark la domina con soltura. “Mi distancia favorita es el 100 mariposa, aunque donde mejor me va es en el 200”, comenta. Y lo ha demostrado: en su reciente participación en el Campeonato de España, tras competir en varias pruebas (50 mariposa, 100 mariposa y 400 estilos), fue en el 200 mariposa donde logró subir a lo más alto del podio.

No todo fue fácil. “En el 100 mariposa me descalificaron” –recuerda- debido a un pequeño movimiento en la salida causado por los nervios. Pero eso no le detuvo: en el 50 mariposa y en los 400 estilos logró posiciones destacadas, y en el 200 mariposa firmó su victoria. “Empecé tercero y fui remontando poco a poco”, relata. “»Cuando gané, sentí una felicidad increíble, sobre todo dentro del agua”.

Mark admite que aún le quedan áreas por mejorar, como el estilo de braza, pero su punto fuerte es claro: “La mariposa”. En su evolución técnica también ha contado con consejos de auténticos referentes, como la propia Mireia Belmonte, a quien conoció recientemente en un campus. “Es muy maja. Me dio algunos consejos técnicos”, cuenta orgulloso.

A pesar de su éxito temprano, Mark mantiene los pies en la tierra. Compagina el deporte con sus estudios. “Doy gracias a los profesores por la paciencia que tienen conmigo”, admite. Respecto al futuro, su objetivo es claro: seguir compaginando entrenamientos y estudios, y repetir, o incluso superar, los éxitos conseguidos. “Me gustaría que se repitiera lo del año pasado”, dice, refiriéndose a su título nacional. Aunque sus principales referentes son su hermana Uxue -también nadadora- y grandes figuras como Michael Phelps o Mireia Belmonte,

Mark es consciente de que su camino será largo y exigente, pero competir, afirma, es lo que más le motiva: “Competir me hace feliz. Me gusta más que entrenar”. Y aunque reconoce que los nervios son inevitables en las grandes citas, sobre todo en campeonatos nacionales, en las competiciones locales de Álava se siente más tranquilo. “Aquí en Álava arraso en mariposa”, bromea.

Mark Navarro destila talento, lo que añadido a su dedicación y trabajo le augura muchos éxitos. Y aunque su viaje en la natación apenas ha comenzado, seguro que no será la última vez que le veamos en lo más alto de un podio.