El pasado 11 de noviembre, Dora Gálvez ofreció una charla en Iruña de Oca en la que relató el camino que le llevó a revelarse contra la sociedad y el proceso que siguió hasta sentirse aceptada por sí misma tras perder el cabello. La escritora considera que queda mucho por hacer en la normalización de la enfermedad en las mujeres que pierden el pelo y que faltan referentes femeninos que reivindiquen la necesidad de no tener un cuerpo perfecto.


-El cabello desempeña un papel importante en la identidad de una persona y la aceptación social, en especial en las mujeres. ¿Cuál cree que es la imagen que tiene la sociedad de las mujeres calvas?
-La sociedad tiene una idea de lo que es bello y esa idea está subordinada a un mandato de la imagen donde en el caso de las mujeres es igual cuerpo 10 y entre este cuerpo 10, pelazo. Si no cumples con ese mandato de mujer igual a pelazo y te quedas calva te quedas enferma. Mujer calva igual a enfermedad en el imaginario social.


-¿Cómo surge la idea de compartir su experiencia en redes sociales?
-Un día contactó conmigo un fotógrafo que se dedicaba a fotografiar a personas haciendo cosas cotidianas y yo le interesé porque quería hacer un reportaje sobre el cáncer. Le comenté que me encantaría poder participar haciendo también algún reportaje sobre cosas cotidianas y su respuesta fue que él sólo trabajaba con personas normales. Aquello me tumbó y me motivó a abrir un Instagram colgando fotos mías con el comentario de: “Las calvas vamos a las piscinas”, “las calvas vamos al gimnasio”, “las calvas vamos al cine”… y surgió el hashtag #lascalvasexistimos.


-¿Qué tiene que cambiar en la sociedad ampliar la mirada en torno a la calvicie femenina?
-La forma en la que se educa. Mientras quienes se encargan de educar, desde medios de comunicación, juguetes, centros escolares… no eliminen la diferenciación en estereotipos seguiremos encontrándonos esta violencia hacia las mujeres, no sólo física o psicológica sino relacionada con lo que estamos hablando: violencia y presión estética.


-En los últimos años han aparecido mujeres con el pelo rapado como Sinéad O’Connor o Britney Spears; otras como Jada Pinkett, quien sufre su misma enfermedad. ¿Es importante que las mujeres se muestren como son? ¿Faltan referentes?
-Totalmente. Las mujeres no salen a la calle con su calva al viento porque la sociedad las machaca, mientras la sociedad no cambie estas mujeres no saldrán y así… Faltan referentes y yo intento ser uno de ellos. Yo pretendo que otras niñas, jóvenes y mujeres al verme, al leer mi libro entiendan que somos mujeres totalmente normales. Solo tienen que mirarme: soy madre, trabajadora, independiente, con proyectos y sueños y me acepto y me quiero y soy feliz.