El otoño es la época del año con más explosión micológica y los paseos por la naturaleza son muy gratificantes. Si hemos decidido ir al bosque a recoger alguna especie debemos ser muy prudentes y saber distinguirlas antes de meterla en la cesta. Para una salida micológica es muy importante buen calzado, un palo, una cesta, un pequeño el libro de micología y, con Wikiloc, dejar grabado el punto donde dejemos el coche o iniciemos la ruta, porque al ir buscando seguimos el rastro de setas y hongos y podemos despistarnos. Siempre debemos de ser respetuos@s con la naturaleza y, cuando no conocemos las especies, coger dos ejemplares, uno joven y otro adulto, para estudiarlo en casa. Colocaremos la seta que hayamos arrancado en la cesta y la que no vayamos a recoger dejarla en la misma posición que tenía para que pueda esporar en el suelo sus semillas.
En las especies micológicas hay una gran variación: unas pueden ser comestibles y otras pueden ser tóxicas o llegar a ser mortales. Hay que estar muy seguros antes de echar una seta a la cesta y si no se tienen conocimientos, pedir ayuda a alguien que sepa.
• En las Lepiotas siempre deberemos de coger las grandes. Dentro de esa familia, las pequeñitas de pie fino, hay varias mortales y es conveniente tenerlo presente.
• En las Amanitas hay mucha variedad y hay que ser muy precavido, meter la navaja hasta el fondo y no cortarla cuándo es pequeña porque se puede confundir con un Agaricus (champiñón). El champiñón no tiene volva y sus láminas son rosas y la Amanita verna tiene volva y sus láminas son blancas. La Amanita Cesárea se lamina y se puede comer cruda en ensalada. La Amanita Reubens es comestible, pero hay que cocinarla a alta temperatura para que pierda su toxicidad, porque ataca a los glóbulos rojos.
• Las Russulas tendremos que tener seguridad de que se trata de esta especie antes de cogerla. Para estar seguros, además de pedir ayuda, partiremos el pie y se producirá un sonido como al partir una pizza. De esta especie no hay ninguna mortal, aunque podemos encontrar muy picantes y algunas pueden dar gastroenteritis.
• Entre los Boletus hay una gran variedad, varios sin valor culinario, algunos incomibles y otros extraordinarios. Es la especie más buscada. La Boletus Satanás debemos evitar cogerla por su toxicidad.
• Los Lactarius desprenden un látex y solo debemos coger los que tienen ese látex color naranja. Desecharemos siempre los lactarius con látex blanco.
• Los Agaricus son riquísimos, sobre todo el Agaricus arvensis (bola de nieve), que tiene un olor delicioso un poquito anisado.
• La familia de los tricolomas tiene gran variedad. El Tricholoma equestre es una especie deliciosa, pero que tiene una sustancia que se acumula en el cuerpo y, si se come en días continuados, puede producir la muerte.
• Las pardillas (Clitocybe nebularis) son las que más se recolectan y las que más envenenamientos producen, sin llegar a ser mortales. Son decurrentes y para observarlo bien es mejor partirla por la mitad y ver que esas láminas bajan hacia abajo del pie. La pardilla tiene una toxicidad que se acumula y llega un punto en que algunas personas ya no la toleran. Su toxicidad está en la cutícula o piel. Se puede evitar pelando el sombrero, o cociéndolas bien y tirando ese agua.