En las últimas semanas se ha oído hablar sobre la conveniencia de reducir o no, el horario de la biblioteca y sobre la oportunidad de relevar el personal de la misma en los supuestos de baja, vacaciones o permiso. Me sobrecoge sólo pensar que existan personas que creen que “optimizar” a la baja los horarios sea algo aceptable, como si estuviésemos hablando de los horarios de una charcutería que no está resultando rentable. Decía un escritor estadunidense, “que lo más importante de una biblioteca, es el hecho mismo que exista”. No debemos olvidar que las bibliotecas son la delgada línea roja entre la civilización y la barbarie y que sería imperdonable ceder a la tentación de restringir servicios o limitar sus horarios. Somos conscientes que las estadísticas bibliotecarias caen año tras año en lo referente a asistencia presencial y préstamos físicos. Nadie está obligado a ir a una biblioteca ni a usar sus servicios. Pero si conseguimos que las bibliotecas sean capaces de reinventarse y ofrecer cada vez más servicios y recursos adaptados a la sociedad, a la tecnología y a los nuevos tiempos, otro gallo cantaría. Quizás haya llegado el momento de poner toda la carne en el asador y trabajar en la creación de una verdadera necesidad social, invirtiendo en bibliotecas públicas como es debido. Alguien escribió que “las malas bibliotecas crean colecciones, las buenas bibliotecas crean servicios, las grandes bibliotecas crean comunidades…”. Y esto es lo que nosotros deseamos, “crear comunidad”. Somos conscientes que el activo más importante de cualquier biblioteca es el personal bibliotecario, pero es también cierto que sin un fuerte amparo no van a poder obtener buenos resultados, Es necesaria la implicación y el compromiso de las instituciones (especialmente del ayuntamiento) y de la misma comunidad, de las asociaciones, del colegio, del instituto. Todos tenemos la obligación de colaborar para que estas puertas del futuro no se cierren jamás. Por todo lo dicho, no podemos ver con buenos ojos la posibilidad de aminorar el servicio de la biblioteca y a tal fin, sugerimos que se realicen más acciones coordinadas para el desarrollo de talleres, clubs de lectura, grupos de debate y tertulias, animación a la lectura, muestras bibliográficas, formación en tecnologías de la información y la comunicación, etc. Para esto, es necesario repensar y reorganizar la oferta cultural de nuestro Ayuntamiento, dar pautas precisas a la animadora cultural y al personal de biblioteca, incluso animar a voluntarios que ayuden a iniciar este recorrido. Decía Bolaño “Mi patria es mi hijo y mi biblioteca”, lo comparto plenamente, aunque me gustaría añadirle “mi pueblo”…

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Azken asteetan, liburutegiko ordutegia murriztea komeni den edo ez entzun da, baita baja, opor edo baimen kasuetan liburutegiko langileek txanda hartzeko duten aukerari buruz ere. Gainez egiten dit pentsatze hutsak ordutegiak beherantz optimizatzea onargarria dela uste duten pertsonak daudela, errentagarria ez den urdaitegi baten ordutegiei buruz hitz egiten ariko bagina bezala. Idazle estatunidar batek zioenez, liburutegi bateko gauzarik garrantzitsuena existitzea bera da. Beharrezkoa da gure Udalaren kultur eskaintza birpentsatu eta berrantolatzea, kultur animatzaileari eta liburutegiko langileei jarraibide zehatzak ematea, baita ibilbide horri ekiten lagunduko duten boluntarioak animatzea ere. Bolañok zioenez, “Nire aberria nire semea da, eta nire liburutegia, guztiz partekatzen dut, nahiz eta nire herria gehitu nahiko niokeen”.
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