En esta época en la que los problemas respiratorios, las gripes y los catarros son muy habituales, tenemos a nuestro alcance un gran aliado natural que aumenta nuestras defensas, nos hace más fuertes y es muy beneficioso para nuestra salud: el propóleo.
El propóleo es una mezcla resinosa obtenida por las abejas de las yemas de los árboles, exudados de savia u otras fuentes vegetales y que luego procesan en la colmena como sellante de pequeños huecos para evitar que los insectos, lagartijas y otros animales accedan a ella. En ocasiones lo mezclan con cera para “barnizar” todo el interior de la colmena. Esta mezcla tiene, por tanto, como misión cerrar de la colmena y protegerla de cualquier parasito o infección.
Los egipcios ya utilizaban el propóleo, junto con miel, para embalsamar los muertos. Usando esta mezcla los cuerpos se conservan secos, pero no están corruptos, quedan momificados porque el propóleo evita que entren virus o bacterias que pudieran descomponerlos. El término própolis procede etimológicamente del griego y se traduce como ‘defensa de la ciudad’, dando una pista de cuáles son sus propiedades en el organismo: antivírico, antitumoral, fungicida, antibacteriano, es un antibiótico natural, cicatrizante, antioxidante, antiséptico, evita la acción de los radicales libres, antimicrobiano, sube las defensas, frena el envejecimiento, regenera los tejidos, mejora la circulación sanguínea, es excelente para problemas de tiroides y para combatir el acné.
Un estudio publicado en el Wiener Medizinische Wochenschrift (Semanario médico de Viena) demostró su eficacia para el tratamiento del herpes labial. Si se aplica en sus inicios, desaparece totalmente y cuando está extendido por el cuerpo, lo mejora y frena, aunque no lo cure. Además, según el Instituto Nacional de Salud estadounidense, es eficaz para el alivio del dolor e inflamación bucal y es ampliamente usado para el resfriado, problemas respiratorios y se le señalan beneficios en el campo de la dermatología.
¿Cómo se debe consumir?
El propóleo no lo deben de tomar las embarazadas y en proceso de lactancia, tampoco las personas que tengan alergia a la miel, polen, o productos de la colmena.
Puede ser usado de forma tópica, en formato de ungüentos, jabones, stick labial, cremas e incluso jabón y también puede ser ingerido en forma de jarabe, cápsulas, etc…
Se puede utilizar colocándolo directamente en la lengua y tomando un poco de agua templada. También se puede tomar en un vaso de agua, pero hay que tener cuidado de beberlo rápidamente porque al ser resina se queda adherido al vaso y se pierden parte de sus propiedades. En caso de problemas bucales se puede usar como enjuague.