Actualmente tenemos a nuestra disposición múltiples tratamientos, cosméticos y productos de belleza, sin embargo, no siempre los utilizamos de la forma más adecuada. Nuestra piel se enfrenta constantemente a impactos perjudiciales a causa del frío, el calor, el viento y el sol, entre otros. Este tipo de agentes externos, junto con el exceso de maquillaje y cosméticos, producen daños que derivan en aparición de manchas, arrugas, sequedad y pérdida o modificación de nuestro color natural. Para paliar estos problemas, muchas veces elegimos productos o tratamientos que no son del todo adecuados para atajar un problema o que incluso nos perjudican.
Son muchos los factores que afectan a cómo se ve y se siente tu piel y hacer un diagnóstico para conocer las necesidades de ella resulta vital para realizar los tratamientos más adecuados o recomendar los productos que mejor se adapten a las necesidades de cada persona. Se puede evaluar el estado de la piel y sus necesidades inmediatas de diferentes maneras, pero los avances tecnológicos nos permiten realizarlo de manera más precisa.
Uno de los más aparatos más usados para el diagnóstico de la piel es la lámpara de Wood, que nos ayuda, mediante la luz ultravioleta, a detectar diferentes patologías en la zona facial. Para usarla seguimos unos pasos: limpiamos el rostro, calentamos la lámpara aproximadamente tres minutos, la colocamos sobre el rostro de la persona que vamos a examinar a unos 15 centímetros y observamos. El aparato reflejará diferentes colores en el rostro y una vez detectadas estas zonas afectadas será mucho más fácil aplicar los tratamientos adecuados.
La lámpara de Wood nos ayuda a detectar, entre otras cosas:
-Infecciones bacterianas
-Fotosensibilidad
-Cambios de color
-Falta de hidratación
-Exceso de acné
-Manchas en la piel
-Rojeces
-Problemas en la pigmentación de la superficie cutánea.
Si quieres conocer el estado de tu piel, consúltame y hacemos un diagnóstico.